En una nueva columna de Mariana Domínguez en A buen reparo abordamos la historia de “La joven de la costa”, una novela de Indonesia escrita por Pramoedya Ananta Toer, un comprometido militante nacionalista que fue encarcelado en numerosas oportunidades pero nunca traicionó sus ideales de lucha por la independencia indonesia.
La novela cuenta la historia de una niña de 14 años, analfabeta, muy pobre, nacida y criada en un pueblo de pescadores de la isla de Java, que es entregada a un bendoro (noble) que se la lleva a su gran mansión en la ciudad.
La joven de la costa tiene apenas 14 años y va descubriendo, junto a su madre y luego su anciana criada, las reglas de una vida injusta. ¿Con qué riquezas cuentan los nobles? ¿Qué pobrezas padecen los pueblerinos? Estas y otras preguntas irá respondiendo la joven a lo largo de su vida, no sin dolor y cicatrices… Buena parte de la novela nos muestra las características de esta unión arreglada y cómo la joven de la costa se desilusiona poco a poco por su matrimonio, que es considerado vacío hasta que no pueda darle un hijo al bendoro.
A lo largo de la historia, la joven de la costa irá descubriendo las pocas posibilidades de las clases bajas pero, al mismo tiempo, que la vida de los nobles es insulsa, estructurada y aburrida. La relación con su marido está atravesada por el poder, ya que él es libre de moverse, viajar y relacionarse con otrxs, mientras que ella es prisionera en una jaula de lujos. En este sentido, los diálogos más interesantes son los de la joven y su vieja criada, quien –como una madre– le va revelando las reglas de la vida.
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Hacia el final de la historia, todo se vuelve más claro y la joven más fuerte y decidida, aunque eso no alcance. El bendoro sabe para qué le sirve la joven y para qué no, y ella ya conoce su destino… A pesar de todo, vale la pena leer el Epílogo de este libro, que nos ofrece una pequeña dosis de esperanza y, de alguna manera, nos reconcilia con la historia de la joven de la costa.
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[Publicado el 1/10/2022]