“La Educación Sexual es la vía para prevenir abusos en la infancia”

En su espacio sobre géneros y disidencias, Silvina Aranda Cuevas habló sobre la importancia de la Educación Sexual Integral en las instituciones educativas y en la familia.

“Si bien desde el 23 al 27 de agosto se celebra la Semana de la ESI para promover el debate y la reflexión en las escuelas y en toda la comunidad educativa en torno a la educación sexual integral, yo hoy elijo abordar esta temática como un llamado a la solidaridad para con las familias sanantonienses que están atravesando un momento de mucho dolor y desamparo frente a la violencia de la que han sido víctimes sus hijes“, dijo Silvina.

Luego se refirió al programa nacional de Educación Sexual en la Infancia, que establece que todos les educandes tienen derecho a recibir educación sexual integral en todos los establecimientos educativos, ya sean públicos o de gestión privada. “Esta ley sancionada en el 2006 significó un avance fundamental para entender a la educación sexual como una vía para prevenir abusos en la infancia”.

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“Sin embargo, en la práctica esta regulación no siempre es respetada e impartida como debería ser”, sostuvo Silvina. Además, su sanción debe comprenderse dentro de un marco de diversos programas que buscan prevenir formas de violencia contra la niñez, como el programa de salud sexual y procreación responsable, la ratificación de la convención de derechos del niño o la ratificación de la convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

“Por su parte, los establecimientos educativos tienen la obligación de brindar espacios formativos a la comunidad educativa en su conjunto. Esto implica el cuerpo docente, directivos y familias. ¿Por qué es urgente garantizar su implementación? Porque las cifras son alarmantes en relación al abuso contra las infancias”, explicó Silvina.

 

La tasa de fecundidad adolescente en Argentina en los últimos 20 años muestra un incremento acumulado de un 11%. Y según UNICEF, cada 3 horas, una niña de entre 10 y 14 años atraviesa un parto

 

“Es un dato desgarrador si pensamos en la responsabilidad que tenemos las instituciones educativas al respecto”, aclaró Silvina. “Hay datos alarmantes sobre situaciones de abuso y violencia que se denuncian muchas veces luego de que se dictó una clase o jornada especial de educación sexual integral. Los docentes y centros de estudiantes que reciben capacitaciones tras la implementación de este programa nacional tienen la obligación de denunciar casos de sospecha. Además, deben llevar a cabo un protocolo correspondiente para acompañar a las víctimas”, añadió.

 

Las estadísticas que arroja el Ministerio Público Fiscal son sumamente alarmantes. En Argentina, por cada mil casos de abuso sexual, solo 100 son denunciados. Y tan solo uno de ellos recibe condena judicial.

 

Sobre el rol de los medios y la desinformación que propagan, Silvina dijo que se considera erróneamente que hablar sobre sexualidad en la infancia y adolescencia puede acelerar los procesos de ejecución de prácticas sexuales. “En realidad lo que se produce es todo lo contrario: la educación sexual implica darle a les niñes y adolescentes la oportunidad de que al llegar a ese momento de su vida donde empieza el autoerotismo o a compartir su cuerpo con alguien más, lo hagan con seguridad, sin culpas, sin presiones, con consentimiento sexual y conociendo las formas de protegerse de infecciones y de embarazos“, explicó.

Las resistencias tienen que ver, definió Silvina, con la mirada adultocéntrica que hay en relación al poder que ejercemos las personas adultas sobre les niñes y adolescentes, “de creer que siempre sabemos más que elles”. La escuela es adultocéntrica, aunque “en la actualidad empiezan a aparecer herramientas para que les estudiantes puedan asamblear, puedan discutir temáticas que les son comunes en sus grupos”.

“No se escucha a les niñes. Se les pone en un lugar de tabula rasa donde yo voy a imprimir un conocimiento, no se reconoce los saberes con los que llegan les niñes a las instituciones educativas. No se pone en valor esos saberes. Obviamente estoy generalizando y entiendo que hay siempre docentes que intentamos resistirnos a estas prácticas y que pretendemos educar desde otro lugar”, dijo Silvina.

“Les adultes vivimos equivocándonos. Entonces nos cuesta corrernos desde ese lugar de poder y dentro de las instituciones educativas siempre la autoridad son personas adultas. No existe que hayan niñes con autoridad dentro del campo educativo. Entonces me parece que es algo que tenemos que poder cuestionarnos”

Silvina también consideró que cuando se da la educación sexual integral se empieza a desarrollar la capacidad de reconocer que hay conductas entre pares o personas adultas que dañan la integridad de les niñes y adolescentes. Y de esta forma se ayuda a reconocer que “sus cuerpos les pertenecen, que hay caricias que no están bien, que hay zonas que no deben ser tocadas o vistas sin su consentimiento“.

Necesitamos darle a las infancias y adolescentes herramientas para reconocer estas situaciones y para no callarlas. Mientras más personas formadas e informadas haya, menos víctimas va a haber”, concluyó Silvina.

 

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