La historia del niño prodigio que se convirtió en una mujer ícono de la electrónica

En su columna sobre misceláneas culturales en Mar dudoso la China Iturburu nos trajo la historia de la genial Wendy Carlos, una artista trans que compuso la música de películas de culto en los 70 y 80 y que luego decidió recluirse de la vida pública y no componer más para la industria. 

Wendy Carlos comenzó su vida siendo un niño prodigio que aprendió a tocar el piano de muy pequeño, a partir de un dibujo del teclado en una hoja de papel. A los diez años escribió una pieza musical para clarinete, acordéon y piano.  En su juventud estudió física y matemática y se embarcó en un máster en composición musical en Columbia. Ahí trabó relación con Robert Moog, el inventor del sintetizador.

“No eran como ahora, un sintetizador en ese entonces era una pared llena de cables y botoncitos. Ahí Wendy se mete de lleno en la música clásica y en el 68 hace un disco con piezas de Bach interpretadas con el sintetizador Moog“, contó la China.

 

wendycarlosicono

 

Wendy se fascina al leer la novela “La naranja mecánica” y cuando se entera que Stanley Kubrick está por filmar la película le escribe para hacer la banda sonora, que luego sería un álbum de culto por décadas.

“No hay mucho registro de su música en internet y fue pionera en el uso de sintetizadores y en la música electrónica. Fue la primera mujer trans en ganar un Grammy

La China relató también que a raíz de una entrevista de la revista Playboy en la que no se sintió muy cómoda Wendy decide comenzar a desaparecer de la escena pública, a la que vuelve a pedido de Kubrick para componer la música de otra película que cambió al cine: “El resplandor”. Pero esa relación se rompe y luego de dedicarse a la fotografía (“es tan genial que se puso a sacar fotos de eclipses y la contactó la NASA”) se recluye definitivamente del mundo y así vive ahora, a sus 84 años.

 

Escuchá la columna:

suscribite2